Observatorio de Arte

Venga y adquiera de forma activa la información a partir del sentido de la vista, actúe como ser humano y detecte, asimile y describa usted los elementos utilizados, los instrumentos y la actividad de plasmar arte.

Un observatorio es más complejo que solo mirar y prestar atención; es investigar, registrar y comprender cualquier situación u objeto con razón social, natural y cultural. 

El fenómeno a observar con AnoniMaga es el arte.
Para iniciar la observación, se deben concretar cinco cosas:

  1. El arte puede observarse tanto de forma subjetiva como objetiva
  2. Es completamente válido que disguste usted una obra 
  3. Cualquier sentimiento al observar es correcto
  4. No necesita ser conocedor de arte para completar un análisis sobre una obra
  5. El arte no está hecho para agradarle al espectador

Para poder implementar la observación, comprendemos que estamos ya acostumbrados a apreciar una obra de arte por su técnica, pues la cúspide de las bellas artes siempre viajó con la tradición de una pintura impecable y una escultura perfectamente tallada, analizando las herramientas y la aplicación del medio según el artista, la corriente y el tema de la obra. 

Descubrimos entonces, que cuando observamos una obra, nos dejamos llevar por la situación en la que vivimos, no analizamos el momento en el que fue realizada sino en el momento en la que está siendo mirada. Tergiversamos un significado y el proceso de ver es poco natural y menos espontáneo de lo que pensamos. El hábito de saber qué perspectiva, qué colores, qué luces y qué técnica dicta una “buena pieza” nos imposibilita admirar distintas corrientes. Así como también el reto intelectual que nos da lo contemporáneo nos predispone a configurar apatía a las obras religiosas, antiguas y de los grandes maestros de la historia del arte.

El ojo humano, centra al mundo de lo visible, sólo puede estar en un lugar a la vez. Se lleva entonces consigo, el mundo visual mientras camina. En cambio la cámara captura el momento y lo congela, viaja distancias y temporalidades. Lo accesible de admirar una pintura también cambia el lenguaje con el que se ensambla una obra, la reproducción del arte ha hecho ganar en aprendizaje pero desvaloriza el verdadero significado con el que alguna vez se construyó una pieza. Todo lo que rodea a la pintura es parte de lo que significa, es singular y parte de esa singularidad es el lugar donde habita, su alrededor confirma el significado, el cual cambió encerrándolo en un museo o capturándolo en el ciberespacio o un libro de texto.

Podemos entonces concluir que las imágenes no le pertenecen a nadie ni a ningún lugar, pueden verse desde su ordenador, su libro favorito, colgado en la recámara o en la exhibición de un salón de alguna galería o museo. Las imágenes van a usted, usted no va a ellas. Mirarlas en un museo en su forma original ya poseen cambios, pues no fueron originalmente hechas para colgarse en donde quiera que estén exhibidas, pero es lo más cercano a la realidad del viaje que destinó el artista para la obra, su significado es transmisible como las noticias de un evento, pues se ha convertido en información.

La reproducción distorsiona y observar una original hace sentir autenticidad, evita que la experiencia de ver arte, no esté encerrada en la enseñanza “formal” de la historia del arte, sino en el verdadero amor o la verdadera pasión por la creación humana. Cuestione como medir el tiempo a través de una obra, indiferentemente del momento de su creación sino del momento de su admiración y valoración subjetiva, pues usted caracterizará el sentido de la obra, no del artista ni el control que él quizo tener como impacto de una imagen. Incremente su admiración y enriquezca la conciencia, la visión y la fuerza vital que le pone a la interpretación.

La experiencia del arte es sublime. Es independiente de los valores personales y para completar el ejercicio de observación los próximos días; AnoniMaga estará visitando distintos museos y ubicaciones que contienen arte público y callejero en la ciudad de Nueva York.